La Terapia Ocupacional tiene por objeto mejorar la calidad de vida de un individuo, ayudándolo a elegir, organizar y llevar a cabo las actividades diarias que dan significado a su vida, según la etapa del desarrollo en que este se encuentre. Tiene una visión integral de la persona, teniendo en cuenta no sólo sus condiciones físicas y psíquicas, sino también su entorno social, emocional y el ambiente físico como facilitadores o limitantes del desempeño.

Cuando por alguna razón las personas ven afectada su participación en las distintas actividades que necesitan o desean hacer, interviene un Terapista Ocupacional, quien evaluara las habilidades sensoriales, motrices, cognitivas, sociales, emocionales, para determinar cómo interfieren en su desempeño cotidiano, y poder realizar las adaptaciones necesarias en el ambiente, dar estrategias a los cuidadores y familiares para facilitar conductas adaptativas, rehabilitando funciones específicas de cada área, o combinando diferentes modelos teóricos, teniendo como objetivo mejorar la calidad de vida del niño y de su familia.

En las sesiones se trabaja combinando estrategias de Integración Sensorial (ver apartado), Neurodesarrollo, Modelo DIR/Floortime, con objetivos específicos para cada caso, por ejemplo: modulación sensorial, control postura, praxias, habilidades socio emocionales, habilidades funcionales y patrones de acción en actividades de la vida diaria (alimentación, vestido, higiene, juego, etc).

 

En los niños, la actividad u ocupación más significativa es el juego y es el principal pilar para la terapia porque:

  • Estimula las funciones físicas (correr, saltar, moverse, explorar el ambiente, manipular objetos,  subir, bajar…)
  • Estimula las funciones sociales (compartir, colaborar, comunicarse, expresar emociones, lidiar, ceder, etc)
  • Estimula la socialización y el desarrollo de relaciones significativas
  • Estimula las funciones mentales (inteligencia, atención, memoria, planificación, resolución de problemas)
  • Desarrolla la creatividad y la imaginación
  • Nos enseña acerca del mundo que nos rodea a través de los sentidos

La teoría desarrollada por Jean Ayres postula que la integración sensorial es un proceso complejo del sistema nervioso central, que permite a una persona registrar, organizar e interpretar información que recibe de su cuerpo y del mundo externo, para dar las respuestas adecuadas en los ambientes que nos movemos diariamente. De esta manera conocemos el mundo, y percibimos en qué posición esta nuestro cuerpo en el espacio, si hace frio o calor, la velocidad a la que vamos en un auto, si nos gusta la música suave o preferimos los sonidos fuertes e intensos.

Cuando el procesamiento, registro o modulación sensorial es confuso  para el niño, se produce un desfasaje entre la información que brinda el ambiente y lo que el niño hace, es decir, el niño no puede organizar los estímulos a nivel del sistema sensorial para utilizarlos eficientemente y con sentido en la vida diaria. Como resultado vemos un desempeño impreciso o desorganizado y conductas desajustadas o no esperables, como berrinches excesivos ante cambios de rutina, niños que evitan comer determinados alimentos, o evitan tocar el pasto descalzos, niños con dificultad para mantener posturas por un determinado lapso de tiempo, etc. El abordaje terapéutico permite a través de experiencias controladas en un ambiente facilitador y motivante para el niño, proporcionar estímulos vestibulares, táctiles y propioceptivos, graduando la intensidad de los mismos ajustando los desafíos para cada niño, con el objetivo de lograr una mejora en el procesamiento sensorial y adaptar las respuestas conductales a las nuevas experiencias, generando aprendizajes funcionales y asi  mejorar la participación del niño en las diferentes áreas como juego, habilidades sociales, escolaridad, habilidades motrices.

 

Lic. Agustina Almazán
Lic. En terapia ocupacional
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